La demanda de tratamientos cosméticos de todo tipo ha continuado creciendo significativamente durante la última década. En lugares como Corea del Sur, el sector factura más de 4 mil millones de euros al año y se estima que ya más del 20% de las coreanas se han sometido a una intervención de este tipo.
Sin embargo, el principal motor de la industria es en la actualidad el turismo médico. Se trata de personas, fundamentalmente de Europa o los Estados Unidos, que viajan a países periféricos para realizarse cirugías estéticas. Su motivación es el menor costo de los procedimientos si se lo compara con sus equivalentes en centros cosméticos locales.
Una práctica desaconsejada por los expertos
A la hora de pensar en una cosa en la que no se debería escatimar en gastos, el sentido común probablemente indique la salud. Las intervenciones, especialmente aquellas más invasivas, implican serios riesgos para la integridad física de los pacientes.
Por este motivo, someterse a una operación cosmética en el extranjero solo porque tiene un costo inferior podría tener consecuencias inesperadas. Profesionales como los de Motiva España reciben cada año cientos de consultas de personas disconformes con el resultado de procedimientos estéticos efectuados fuera del país, generalmente en destinos como Turquía u otros de Europa del Este. Algunas veces, los problemas no se hacen evidentes hasta varios meses luego de la operación y pueden comprometer gravemente la salud.
Una opción cargada de incertidumbre
En muchos casos, es imposible verificar la idoneidad y formación de los médicos a cargo de las intervenciones que tienen lugar en el extranjero. Incluso cuando se cuente con referencia positivas de antiguos pacientes, es difícil corroborar la veracidad de los testimonios vertidos en línea, que podrían ser falsos o haber sido comprados. Optar por centros estéticos de gran reputación en España es la alternativa más segura y confiable.